En Lima circulan 700 mil automóviles, de los cuales 120 mil son taxis formales. El 7.6% de la población utiliza automóvil para ir a estudiar o trabajar, el 80%, el transporte público. Así cerca de 580 mil carros de uso privado-familiar transitan por nuestras calles con uno o dos pasajeros; no pocos en poderosas camionetas 4x4.
Necesitan pagar por una cochera o un lugar donde estacionarse y corren riesgos innecesarios. Se propone, hasta que culminen las obras de infraestructura necesarias, un sistema provisional para mejorar el tránsito.
Las ventajas: a) Ahorro de combustible.
b) Menor contaminación.
c) Aligerar el tránsito.
d) Distribuir gasto de transporte entre amigos y vecinos que tienen un destino cerca.
e) Aumentaría la demanda y competencia entre los taxistas.
Obligatorias calco manías de color rojo para las placas impares, y negras para las placas pares, serían los distintivos ordenadores en el uso de vehículos particulares, Se llevaría al depósito al carro del vivo que intente sacar la vuelta a esta norma. No asustarse, algo parecido ya se hizo en Lima en los años 70 del siglo pasado, debido al alto precio del petróleo que se importaba y funcionó.
Otra buena medida, sería fijar el impuesto vehicular que esté en función del uso de las pistas y no en función del valor y la antigüedad del auto. Es absurdo que se grave la propiedad de los autos nuevos y no la de autos viejos, pues, ambos utilizan las pistas y generan congestión solo que el viejo contamina mas que el nuevo.
Si el incentivo es evitar la congestión, la idea es que quién tenga un vehículo, pague por usar las pistas. sea este vehículo viejo o nuevo. Si lo que se quiere es incentivar es que la gente no prospere y ande en autos viejos y contaminantes, entonces la estructura del impuesto vehicular es correcta.
Esperemos que por el bien del Perú y de todos nosotros este problema tenga una solución pronta y veremos que tiene planeado nuestro nuevo presidente sobre este caso.
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